miércoles, 12 de diciembre de 2012

MAS ALLÁ



Llega esa época del año en la que las luces yacen colgadas de los balcones, los árboles se visten con sus mejores joyas, las ciudades se engalanan con maravillosas flores y luces, y las personas dedican su mejor sonrisa. Sí, la Navidad está llamando a nuestras puertas.

Vienen días de auténtica locura, sobre todo para nuestros bolsillos. Los mercados se abastecen con su mejor mercancía (que se pone a millón) y los comercios y grandes superficies se frotan sus manos al ver la oleada de compradores que se avecinan.  La magia del espíritu navideño de hace décadas, se ha convertido en puro consumismo.

Pero este año más que nunca tenemos que tener presente la otra cara de esta época en nuestro país. Mucha gente ha perdido su trabajo por culpa de esta crisis y sus “cabecillas” y no tienen recursos ni para alimentarse. De la misma manera, hay niños que no recibirán ningún regalo de reyes. No dejemos que estas Navidades sean una odisea para todas estas personas.

Cuando estemos en un centro comercial eligiendo cuál sería el mejor perfume que podemos regalar, pensemos en esa gente. No somos dioses, ni héroes, sólo simples personas que podemos vivir holgadamente el día a día. Si todos ayudásemos por lo menos a una persona que lo necesita, la magia de la Navidad llegaría a más y más hogares.

“Hasta que uno no sienta la verdadera alegría de Navidad, no existe. Todo lo demás es apariencia - muchos adornos. Porque no son los adornos, no es la nieve. No es el árbol, ni la chimenea. La Navidad es el calor que vuelve al corazón de las personas, la generosidad de compartirla con otros y la esperanza de seguir adelante.



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